miércoles, 23 de mayo de 2012

Unos minutos para el relax: los Mandalas.


¿Sabías qué?...

La palabra Mandala, que significa círculo, rueda o totalidad, ha viajado durante miles de años por diferentes culturas convirtiéndose en centro de enseñanzas espirituales y psicológicas. Dejando a un lado su definición puramente etimológica, desde el punto de vista espiritual, se considera la representación gráfica del centro energético de equilibrio y purificación de la persona que lo dibuja. Es una forma de encontrar la tranquilidad y equilibrio entre el entorno y la mente, por lo que los mandalas son muy usados en la meditación y culturas como la del yoga.

También se le define como un sistema ideográfico, porque en él se representan las ideas de la mente de forma material mediante formas geométricas y colores.

Aunque los mandalas nacieron en India, donde decoran las paredes de muchos de sus templos, pronto se propagaron por el resto de culturas occidentales hasta llegar a las manos Carl G. Jung. Este psicólogo y alumno de Freud, dio un nuevo sentido a los mandalas incorporándolos es sus terapias con el objetivo de alcanzar la búsqueda de la individualidad dentro de las nuevas sociedades de masa. (El Hombre y sus símbolos, Carl G. Jung)

Para ello, cada día al despertar, Jung dibujaba sus sueños representándolos en un mandala para luego poder interpretarlos (acto en el que se nota la gran influencia de la escuela de Freud). Gracias a esta actividad diaria, pudo descubrir que existía una relación entre lo que dibujaba y su centro como persona; idea desde la que parte su teoría sobre la estructura de la psique humana en la que explica que los mandalas representan la totalidad de la mente, abarcando tanto el consciente como el inconsciente.

En la actualidad, los mandalas se usan para buscar la tranquilidad y como herramienta de meditación en el yoga. Este trabajo de meditación se realiza mediante la observación en quietud de un mandala (siempre mirando a su centro que representa el nuestro propio) que previamente has dibujado y coloreado. Al hacerlo uno mismo, el mandala se convierte en la externalización gráfica de nuestro interior y es completamente personal y único. Otra persona puede dibujar tu mismo mandala, pero nunca usará los mismos colores.


Pero ¿qué es físicamente un mandala? Es una composición visual creada por diferentes formas geométricas que se distribuyen de forma concéntricas en diversos niveles. Los mandalas siempre deben de tener un centro claro (donde se representa el propio centro de la persona), así como los puntos cardinales resaltados. Las formas más usadas para crearlos son: los círculos, los triángulos, los cuadrados y los rectángulos. Aunque también pueden aparecer otros tipos de figuras y dibujos como estrellas, lunas, serpientes o motivos de la naturaleza.

Antes de dibujar y pintar un mandala, se debe hacer un ejercicio de meditación para visualizar el mandala en blanco y negro (si ya está creado) o el folio en blanco (si la persona se dispones a empezar desde el principio) para luego poder imaginarlo terminado. Dependiendo de su estado de ánimo, mentalmente visualizará el mandala con unos u otros colores. Esos son los que debe usar para pintar el mandala una vez terminada la meditación.

La teoría dice que si la persona siente que necesita exteriorizar sus emociones, puede colorearlas de adentro hacia fuera; si por el contrario, quiere buscar su centro, se pintará de fuera hacia adentro.

¿Qué significan las formas escogidas? Los mandalas no son simples dibujos de colores, pues todos sus elementos tienen un significado que se puede analizar como ya lo hacía Jung con los sueños. Por poner algunos ejemplos:

  • Círculo: movimiento. Lo absoluto. El verdadero yo.
  • Corazón: amor, felicidad, alegría, sentimiento de unión.
  • Cruz: unión del cielo y la tierra. Vida y muerte. Lo consciente y lo inconsciente.
  • Cuadrado: procesos de la naturaleza. Estabilidad. Equilibrio.
  • Estrella: símbolo de lo espiritual. Libertad. Elevación.
  • Espiral: vitalidad. Energías curativas. Búsqueda constante de la totalidad.
  • Hexágono: unión de los contrarios. 
  • Laberinto: implica la búsqueda del propio centro.
  • Mariposa: autorenovación del alma. Transformación y muerte.
  • Pentágono: silueta del cuerpo humano. Tierra, agua y fuego.
  • Rectángulo: estabilidad. Rendimiento del intelecto. La vida terrenal.
·        Triángulo: agua, inconsciente (si está hacia abajo), vitalidad, transformación (si está hacia arriba); agresión hacia uno mismo (hacia el centro)


        
¿Qué quieren decir los colores? El uso de los colores en los mandalas también tiene un significado especial y es quizás la parte más interesante en los estudios y análisis de los mandalas. Su uso está relacionado con el estado de ánimo de quien los pinta y, sorprendentemente, la persona deja a un lado sus colores favoritos en la vida diaria, para dejarse llevar por lo que siente en el momento de la meditación y los colores que representan eso que siente. Algo muy estudiado en la psicología (como enseñanza y legado de Jung) tanto en los adultos como en los niños.

Estos son algunos de los significados y sentimientos que evocan o podemos descubrir de nosotros mismos al pintar nuestros mandalas:

·        Blanco: nada, pureza, iluminación, perfección.
  • Negro: muerte, limitación personal, misterio, renacimiento, ignorancia.
  • Gris: neutralidad, sabiduría, renovación.
  • Rojo: masculino, sensualidad, amor, arraigamiento, pasión.
  • Azul: tranquilidad, paz, felicidad, satisfacción, alegría.
  • Amarillo: sol, luz, jovialidad, simpatía, receptividad.
  • Naranja: energía, dinamismo, ambición, ternura, valor.
  • Rosa: aspectos femeninos e infantiles, dulzura, altruismo.
  • Morado: amor al prójimo, idealismo y sabiduría.
  • Verde: naturaleza, equilibrio, crecimiento, esperanza.
  • Violeta: música, magia, espiritualidad, transformación, inspiración.
  • Oro: sabiduría, claridad, lucidez, vitalidad.
  • Plata: capacidades extrasensoriales, emociones fluctuantes, bienestar.

Sabiendo esto, podríamos analizar un mandala tan complejo y multicolor como este. Por poner algunos ejemplos, los corazones significarían amor, felicidad y alegría en tono a un sentimiento de unión, de hecho, los corazones aparecen en conjuntos de varios. Pero al estar pintados de rosa, resalta el aspecto femenino o incluso infantil de la persona.
Otro color que predomina es el azul de la tranquilidad, que al enfrentarse con los tonos rojos y naranjas, crea una paradoja visual y de significado entre la tranquilidad, la fuerza, la energía y la pasión.

Como todo mandala, tiene un centro con colores muy potentes que representan el dinamismo de la persona, ya que cada color nos lleva a su vez a un sentimiento.

Texto en Otras Realidades.

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