Mirando el panorama de los medios de comunicación se estrella contra mí una lamentable realidad: sigue existiendo la censura para controlar, en última instancia, la sociedad. Y es que, el control de la información, ha sido y será, la base del poder de los Estados que veían como enemigos a los medios.
La censura no es un elemento aislado en manos de dictadores, sino que también existe en aquellos que se han creado una imagen orgullosa de estandartes y cuidadores de la democracia.
Así, en países dictatoriales y autoritarios aplican diferentes niveles de control: desde la inexistencia de Internet como en Corea del Norte; la existencia de licencias sólo para afines al régimen y altos precios que dejan fuera a la mayoría de la sociedad, como es el caso de Cuba; hasta llegar a límites insospechados como en China, donde no se puede prohibir taxativamente el acceso a Internet al ser una herramienta clave para su economía, pero donde se implanta un control inhumano que viola los derechos fundamentales.
Al Estado Chino no le vale con implantar filtros y cerrar los cibercafés, sino que castigan con la pena capital a aquellos que consigan filtrar informaciones. El usuario de Internet está suscrito a un cuerpo de policía especial que le controla continuamente y que se centra en bloquear temas como: páginas de derechos humanos, de independencia del Tíbet o páginas de diarios intencionales de países capitalistas como la de The New York Times, The Wall Street Journal o la de CNN.
Sin olvidar sites que se atrevan a realizar críticas al régimen o desarrollen cualquier tipo de contenido sexual y/o religioso. A pesar de ello, los internautas siguen creciendo en China y ya es el país con más usuarios del mundo con unos 384 millones.
Pero Europa no se queda tan atrás, aunque es EEUU el máximo censor democrático. Los Estados democráticos se amparan en la legislación para hacer leyes en defensa del menor, control de la pornografía… cuando lo que hacen, a demás de filtrar estos temas, es llevarse por delante todo lo que no les gusta dentro del conglomerado de Internet.
Así, EEUU con motivo de la lucha antiterrorista, ha presentado Internet como la plataforma de reunión de los enemigos de la patria. Una creencia que les llevó en 2001 ha crear la Ley de Vigilancia en Internet por la que el FBI tiene pleno derecho a acceder, conservar y analizar correos electrónicos; e incluso, a pinchar equipos de todos aquellos usuarios que consideren extraños.
Si tenemos en cuenta que la mayoría de las comunicaciones on-line se hacen desde servidores que se localizan en Estados Unidos, el FBI se ha convertido en la policía mundial con acceso a toda cuenta y dato electrónico de cualquier punto del globo. En 2002, se abolieron las reglas anti-concentración.
Nuestro problema es que Europa ya ha empezado a copiar el modelo estadounidense. En mayo del 2002, el Parlamento Europeo aprobara una Directiva por la que se obligaba a los Gobiernos a legislar para que los ISP (Proveedores de Servicios Red) conservaran los datos y que las autoridades pudieran acceder a ellos.
Pero si esto nos sorprende, tendríamos que gritar casi horrorizados si fuésemos ciudadanos de Dinamarca o de Inglaterra, pues allí las autoridades pueden acceder a esos datos, almacenados por ley durante mínimo un año, sin ningún tipo de orden o permiso judicial. Tienen vía libre para actuar como quieran.
Pero estos no son los únicos ejemplos. Si buscamos algo más actual para demostrar como la concentración facilita que las empresas y los Estados entren en el control de la información, podemos buscar en las hemerotecas de los diarios para ver como numerosos ciudadanos denunciaron el bloqueo de páginas relacionadas con el movimiento 15-M en las bibliotecas públicas del Ayuntamiento de Madrid. O como hace unos meses nos despertábamos con la noticia del intento de control de las informacionesde RTVE.
En Reflexiones de Hoy.
En Reflexiones de Hoy.
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ResponderEliminarComo dices, hay países que se sabe ya que es lo que hay por el tipo de régimen existente. Las denominadas democracias nos cuelan la imagen de libertad cuando al fin y al cabo son lo mismo con un velo de seda para marcarse la etiqueta de modernos. Pero en definitiva son lo mismo, si no es un personaje el que nos gobierna o censura, son los mercados financieros que no tienen ningún pudor...ni siquiera sabiendo la oleada de suicidios que están ocurriendo en los países afectados por sus políticas
ResponderEliminarA veces se olvidan de que somos personas y no activos que se compran y se venden. Tienes toda la rarazón.
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